Una vivienda de eficiencia positiva es aquella que es capaz de generar mayor energía de la que consume. Esta casa por ejemplo, es incluso capaz de compensar los costos de su construcción después de 30 años de funcionamiento gracias a su diseño pasivo y a su implementación posterior, ya que opera con tecnología asociada siendo monitoreada permanentemente por software que muestra la temperatura y clima ajustando parámetros automáticamente para reducir gastos energéticos y costos derivados.
Esta vivienda, recientemente construida en Dinamarca es un primer ejemplo que muestra como diseño y tecnología pueden trabajar juntos para la hacer que una familia común y corriente sea capaz de generar excedentes de energía para sus consumos diarios.
Las viviendas pasivas son el resultado de un trabajo muy orientado al diseño preliminar más que a agregar tecnología complementaria. Esta tendencia ha aumentando alrededor del mundo debido a que las personas estan entendiendo que un buen diseño es fundamental para ahorrar costos y aumentar la eficiencia. Por otro lado, la inversión inicial para este tipo de diseño no necesariamente tiene que ser más elevada que el promedio.
Sin embargo, el diseño con eficiencia positiva va un paso más allá, ya que complementario a un buen diseño pasivo se adhieren tecnologías que aprovechan las energías renovables para calefaccionar o enfriar, etc y que terminan produciendo excedentes al consumo total de la vivienda. En teoría, si devolviesen a la matriz la energía excedente podrían cubrir las emisiones que derivaron de su construcción y de ahí en más a medida que pasa el tiempo.
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